Casa de la Memoria


“Creo que si se tratara de hacer la historia verdadera de
los 20 años de este suceso, todos los fabricantes de papeles
se volverían millonarios. Honestamente yo lo que he visto,
con lo que ha sucedido en nuestro sector de Angaraes…
esta no es la centésima parte.”


Información proporcionada por Ricardo Caro de talleres de
memoria en Angares. IDL

Un museo de la memoria es un espacio creado con el fin de recordar y reflexionar sobre los hechos que no deben ni pueden ser olvidados, lo hechos que marcaron a miles de personas y al país entero. La guerra interna que sufrió el Perú, que sembró muerte, violencia y un reguero de víctimas, es sin duda, uno de los capítulos de nuestra historia reciente más oscuros y tristes, y que cada uno de nosotros como peruanos que somos debemos recordar para no repetir.

Es por eso lamentable constatar el poco (casi nulo) apoyo que el segundo periodo de gobierno del APRA, ha realizado al proceso de verdad, justicia y reparación emprendido por la Comisión de la Verdad y Reconciliación, comisión que supuso un valiente esfuerzo por reconocer los alcances y horrores de la cruenta lucha subversiva. La ciega indiferencia del gobierno de hoy se plasma en acciones como la de febrero del 2009 donde  fuentes diplomáticas alemanas dieron la noticia que el gobierno peruano había rechazado una donación de dos millones de dólares para la construcción y mantenimiento de un “Museo de la Memoria” que recuerde a las víctimas del terrorismo. Decisión de la que sólo se retractó cuando intelectuales  que no pueden ser acusados de estar vinculados a sectores de ultraizquierda, tales como Mario Vargas Llosa, Fernando de Zsyszlo o Alonso Cueto suscribieron un documento denunciando la torpe medida.

Pero el desinterés del gobierno de turno (o su afán por olvidar), se manifiesta también en la disminución de recursos para las instituciones que de una u otra forma son parte de este esfuerzo de reconciliación y reflexión, como el Consejo de Reparaciones  (CR) y el  CMAN (Comisión Multisectorial de Alto Nivel); instituciones encargadas de llevar a cabo el  Registro Único de Víctimas (RUV) e implementar las políticas de reparación en  favor de los ciudadanos y familiares agraviados  por la violencia política. Instituciones que se habrían suprimido, de no contar con el firme apoyo de las organizaciones de afectados de todo el país, quienes a través de multitudinarias marchas en la ciudad de Lima, presionaron al Estado para que las dote de un mayor presupuesto, de manera tal que  pudieran cumplir con las funciones para las que fueron creadas en cumplimiento de las  recomendaciones de la  CVR. 

Es este esfuerzo del CMAN el que permitió identificar en Huancavelica,  los 222 centros poblados afectados por la violencia política. Nuestra región por su ubicación geográfica contigua a Ayacucho, ha sido uno de los departamentos con mayor  cantidad de víctimas, y por ello mismo, la reparación integral es un tema sensible que interesa a un sector importante de la población.

Por ello es loable reconocer que las autoridades regionales y locales,  a diferencia de la característica desidia del gobierno central, han mostrado compromiso e interés por ayudar en este proceso. Así, el Gobierno Regional del ex Presidente Salvador Espinoza,  fue el primero del país en efectuar el Registro de Víctimas, con apoyo de organizaciones no gubernamentales defensoras de Derechos Humanos; y el  28 de Agosto último,  gracias al apoyo de la Municipalidad Provincial de Huancavelica, se ha inaugurado el museo  “Casa de la Memoria” en esta ciudad. 

La “Casa de la Memoria”, constituye  la reparación simbólica más importante de Huancavelica para el tema de la guerra interna, y posiblemente no hubiera prosperado, sin la unión de esfuerzos de la sociedad civil, el gobierno local provincial  y las Organizaciones No Gubernamentales. El liderazgo en  primer lugar lo tuvo la Asociación Departamental de Familiares Detenidos, Desaparecidos y Asesinados por Victimas de la Violencia Subversiva en Huancavelica (ADFADA), institución  presidida por el Sr. Alejandro Crispín Fernández, ciudadano que vivió en carne propia la desaparición de su hijo Javier Crispín Colina, y que junto a todos los miembros de ADFADA  impulsaron este proceso, asumiendo la responsabilidad de recopilar la información, fotografías y elementos que hoy podemos apreciar en el recinto. El apoyo del Estado representado por la Municipalidad Provincial de Huancavelica que cedió el local ubicado en el Salón Consistorial frente a la  plaza principal de Huancavelica como espacio permanente de la Casa de la Memoria, asignando además a personal encargado de la atención al público. Y finalmente la valiosa colaboración  de Consejería en Proyectos – PCS, institución destacada por labor de  defensa y promoción de los Derechos Humanos, responsable de la contratación de Nelly Plaza y María Elena Del Solar, hábiles profesionales que formularon el diseño de la propuesta de esta Casa Museo, además de la orientación técnica y logística. Estas tres instituciones suscribieron un Convenio de cooperación interinstitucional para lograr esta estupenda tarea.

El propósito de esta Casa-Museo de la Memoria es sensibilizar a las autoridades y población en general sobre los sucesos del conflicto armado que vulneró, sistemáticamente, los derechos humanos de hombres y mujeres, en su mayoría  quechuahablantes y pobres. Este Museo de la Memoria tiene además como objetivo especial, que los estudiantes niños y jóvenes conozcan su historia, como una forma de prevenir sucesos de violencia en el futuro, contribuyendo a una cultura de paz y reconciliación. En sus tres ambientes, La Casa de la Memoria recoge y expone fotografías, cuadros, testimonios, material bibliográfico, imágenes, y objetos en general de las personas que sufrieron durante estas dos décadas por todos aquellos sucesos que enlutaron el país; La Casa de la Memoria constituye también un espacio de recogimiento para los familiares de las víctimas, en donde pueden compartir sus alegrías y penas. 

Las actividades por su inauguración se iniciaron la víspera  con una vigilia  en las afueras de la Biblioteca Municipal. El 28 de Agosto del 2010, coincidiendo con el VII Aniversario de la entrega del Informe de la CVR., se realizó una misa en la Catedral, tras la cual se cumplió el acto protocolar de izamiento del pabellón nacional y la bandera de Huancavelica en la Plaza de Santa Ana. Finalmente, la ceremonia central se efectuó en la Plaza de Armas de Huancavelica, contando con la participación de las organizaciones de afectados por la violencia política de Huancavelica, regidores y representantes de la Municipalidad e instituciones de la sociedad civil.

Un pequeño esfuerzo en la gran tarea por justicia y reconciliación ha empezado en esta pequeña localidad tan olvidada por la capital y el Gobierno Central, que no obstante su postración a dado un claro ejemplo al país de una medida  que contribuye a curar las heridas del pasado. Sería loable que otros lugares (especialmente la indiferente Lima) asumieran este paradigma algún día, pues irónicamente esta gran noticia ha pasado desapercibida para la mayor parte de los medios de comunicación de la metrópoli, quienes estaban ocupados en dar  publicidad a las declaraciones del ex  Ministro del Interior  Rafael Rey, para defender lo indefendible, el Decreto Legislativo 1097, publicado en el diario Oficial El Peruano el 01 de setiembre de este año, que pretendía el archivamiento de procesos penales de casos de vulneración de derechos humanos, cuando no tenían sentencia en un periodo de 36 meses de iniciada la etapa de instrucción. Y una vez más, sólo la ola de críticas de las organizaciones de afectados, de la  CIDH, de las múltiples organizaciones de defensa de los Derechos Humanos y finalmente, de la Carta de renuncia de Vargas Llosa a presidir la Comisión encargada del Museo de la Memoria en Lima, como protesta por lo que consideró una “amnistía disfrazada”, consiguieron que este nuevo intento de impunidad para  los perpetradores de crímenes de lesa humanidad no prosperara. Aun sabiendo el tremendo paso que la Casa de la Memoria representa para Huancavelica y el Perú, me atormenta el hecho de saber que todas estas medidas del gobierno de García, con apoyo del sector fujimorista no hacen sino mostrar que ambos continúan su otra “lucha”, la lucha por el olvido de los errores y horrores de una violencia infinita que sumergió a nuestro país en un baño de sangre que ninguna ideología puede justificar.

Ivonne Marleny Pacheco Maita
Setiembre del 2010. 

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